El envejecimiento de la infraestructura hídrica en muchas regiones se ha convertido en una preocupación creciente para los responsables políticos y los operadores de servicios públicos. Una de las consecuencias más apremiantes del envejecimiento de las redes es la pérdida de agua, ya sea por fugas, roturas de tuberías, fallos estructurales o ineficiencias en los sistemas de medición. Estas pérdidas, conocidas como Agua No Contabilizada (ANC), incluyen tanto las pérdidas físicas (agua real perdida por fugas) como las pérdidas aparentes (derivadas de imprecisiones en los contadores, consumo no medido o uso no autorizado).
La magnitud de la ANC varía significativamente entre países. Según el reciente informe Estimating the Investment Deficit in the Urban Water Cycle in Spain (PwC, mayo de 2024), la ANC en España representó el 23% del agua total suministrada, lo que equivale a casi 1.000 hectómetros cúbicos al año. En toda Europa, la disparidad es evidente, oscilando entre el 5% en los Países Bajos y el 41% en Italia. Estas cifras subrayan la urgente necesidad de una regulación eficaz y medidas proactivas para reducir las fugas y garantizar la sostenibilidad de los recursos hídricos.
Un modelo de liderazgo: el marco regulatorio del Reino Unido
Entre las naciones que abordan las pérdidas de agua, el Reino Unido destaca por su enfoque regulatorio proactivo. Ofwat, el regulador económico de Inglaterra y Gales, ha tomado medidas decisivas al establecer objetivos claros para la reducción de fugas.
Entre 2020 y 2025 (período AMP7), las empresas de agua deben reducir las fugas en un 16% en comparación con los niveles de 2017-18. Esta reducción equivale a ahorrar suficiente agua para abastecer a grandes ciudades como Cardiff, Birmingham, Leeds, Bristol, Sheffield y Liverpool juntas. De cara al futuro, el objetivo es reducir a la mitad las fugas para 2050, lo que refleja un fuerte compromiso de toda la industria con la conservación del agua.
Un factor clave detrás del éxito del Reino Unido en la reducción de fugas es el estricto sistema de rendición de cuentas impuesto a las empresas de agua. Si una empresa no cumple su objetivo de fugas, debe devolver dinero a los clientes. Esta consecuencia financiera directa ha animado a las empresas de servicios públicos a invertir en tecnologías avanzadas de detección de fugas, sistemas de monitorización remota y análisis predictivos, lo que ayuda a modernizar la infraestructura y mejorar la eficiencia.
El enfoque estructurado de España: un enfoque en la estandarización
Mientras que el modelo del Reino Unido prioriza la responsabilidad financiera y la flexibilidad en la forma en que las empresas cumplen los objetivos, España ha adoptado un enfoque diferente, haciendo hincapié en la estandarización y la presentación de informes estructurados.
El Real Decreto 3/2023, publicado el 10 de enero de 2023, introduce el Índice de Fugas Estructural (IFE), un marco de información obligatoria que exige a las empresas de servicios públicos que supervisen e informen sobre las pérdidas de agua. Esta regulación se aplica a las empresas de servicios públicos que suministran más de 100 metros cúbicos de agua al día, y los primeros informes deben presentarse antes del 31 de marzo de 2025, basándose en los datos de 2024. A continuación, los datos se consolidarán y se presentarán a la Comisión Europea antes de enero de 2026, contribuyendo a un esfuerzo a escala de la UE para definir los umbrales de fuga.
A diferencia del enfoque del Reino Unido, que permite a las empresas aplicar sus propias estrategias para cumplir los objetivos reglamentarios, el marco de España establece una metodología unificada para calcular y notificar los niveles de fuga. Esto garantiza la transparencia y la comparabilidad entre las empresas de servicios públicos, lo que facilita a los responsables políticos el seguimiento de los progresos y la identificación de las áreas de mejora.
¿Por qué es importante el liderazgo en la regulación del agua?
Las diferencias entre los enfoques del Reino Unido y España ponen de relieve una importante lección: un liderazgo sólido y el compromiso de los reguladores impulsan un cambio real. En el Reino Unido, los objetivos claros de Ofwat, los incentivos financieros y el enfoque en la innovación han tenido un impacto medible en los niveles de fuga. En España, el enfoque estructurado está sentando las bases para la rendición de cuentas a largo plazo y la toma de decisiones basada en datos.
Ambos modelos demuestran que cuando las autoridades establecen objetivos claros, hacen cumplir las regulaciones y promueven la inversión en tecnología, las empresas de servicios de agua responden con mayor eficiencia y un mejor rendimiento.
Mirando hacia el futuro: un esfuerzo global en la eficiencia del agua
A medida que la escasez de agua se convierte en un problema mundial más acuciante, los países deben seguir perfeccionando sus marcos reguladores para promover la eficiencia, la rendición de cuentas y la innovación. El liderazgo del Reino Unido en la reducción de fugas y el modelo de información estructurada de España ofrecen valiosas perspectivas sobre cómo la regulación puede impulsar un cambio positivo.
En Aganova, apoyamos a las empresas de servicios públicos con soluciones de vanguardia para la evaluación de tuberías y la detección de fugas, ayudándoles a cumplir los requisitos reglamentarios y a optimizar la gestión de los recursos hídricos. Un liderazgo sólido y unas regulaciones claras pueden transformar el futuro de la eficiencia hídrica: ahora es el momento de que las empresas de servicios públicos actúen.