Publicado en WaterWorld y escrito por Marcos Barrera, director de operaciones de Aganova
En colaboración con Microsoft y Suez, desde Aganova estamos ayudando a fortalecer la red de abastecimiento de agua de Dublín mediante soluciones avanzadas que permiten detectar fugas en tiempo real y evaluar el estado de las conducciones sin necesidad de realizar obras ni interrumpir el servicio.
Una red extensa, envejecida y con grandes pérdidas
La empresa pública irlandesa Uisce Éireann necesitaba una solución eficaz para detectar fugas y conocer el estado real de sus principales conducciones en el área metropolitana de Dublín. Con más de 10.000 km de red, de los cuales 2.500 km corresponden a tuberías troncales, gran parte de la infraestructura sigue siendo del siglo XIX.
La ciudad depende en gran medida del río Liffey, que recorre 132 km y abastece a más de dos millones de personas y a gran parte del tejido industrial. De hecho, se extrae cinco veces más agua de este río que de cualquier otro en Irlanda.
Sin embargo, más del 30 % del agua tratada se pierde diariamente debido a fugas antes de llegar a los hogares, lo que no solo supone un coste económico considerable, sino también un gran desperdicio de recursos naturales y una presión añadida sobre el sistema.
Un enfoque estratégico para conocer y actuar
Como en muchas otras redes urbanas, uno de los mayores retos era entender qué estaba ocurriendo, dónde y desde cuándo. Resolverlo de forma eficaz y sostenible requería un enfoque innovador.
Uisce Éireann optó por profundizar en el conocimiento de su red para identificar fugas actuales y anticiparse a posibles fallos, con el objetivo de reducir las pérdidas y aliviar la presión sobre el río Liffey. Ante la magnitud del sistema, se decidió comenzar por las conducciones troncales que presentaban los mayores niveles de fuga.
Al mismo tiempo, Microsoft exploraba proyectos que mejorasen la resiliencia hídrica de la cuenca del Liffey —clave para varios de sus centros de datos regionales— dentro de su compromiso de generar más agua de la que consume en 2030. Como socios de Microsoft en iniciativas de reposición de agua, y en colaboración con Suez como partner local, iniciamos un proyecto conjunto centrado en la detección y reparación de fugas en las zonas más críticas de la red troncal de Dublín.
Objetivos principales del proyecto
El proyecto persigue dos grandes metas:
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Reducir las pérdidas de agua actuando de forma rápida y precisa, antes de que las fugas se agraven y se disparen los costes, además de facilitar el mantenimiento preventivo.
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Disminuir la cantidad de agua extraída del río Liffey, actualmente cifrada en 600 millones de litros al año (158 millones de galones estadounidenses), contribuyendo así a preservar el equilibrio hídrico del área metropolitana.
El desafío de inspeccionar las conducciones troncales
No todas las tuberías presentan el mismo nivel de complejidad. Las conducciones troncales suelen estar ubicadas en zonas rurales, enterradas a gran profundidad y bajo terrenos muy permeables. Todo esto dificulta enormemente la localización de fugas a simple vista y hace que estas puedan pasar desapercibidas durante largos periodos.
En nuestra experiencia, esta falta de visibilidad puede llevar a interpretaciones erróneas sobre el estado real de la red. Un caso reciente: una gran compañía europea de agua asumía que una tubería de 60 km estaba en muy mal estado porque perdía cerca de un millón de m³ al año. Al inspeccionarla, descubrimos que solo tres puntos presentaban problemas, y uno de ellos concentraba el 78 % del volumen total perdido, con una fuga de 25 litros por segundo.
Este ejemplo nos deja tres lecciones clave:
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No se puede conocer el estado de una tubería sin inspeccionarla por dentro.
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Una sola fuga en una conducción troncal puede representar más pérdidas que muchas pequeñas fugas juntas.
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Actuar con precisión permite ahorrar millones en reparaciones o sustituciones innecesarias.
La solución: tecnología Nautilus
En Aganova entendemos que, en una red de distribución, los dos activos más valiosos son el agua y las propias tuberías. Por eso, nuestra solución se centra en proteger ambos: detectamos fugas y evaluamos el estado estructural.
Para este proyecto utilizamos Nautilus, nuestra plataforma de inspección acústica libre, especialmente diseñada para redes de gran diámetro y en presión. Se trata de una esfera con sensores acústicos en su interior, que flota de forma neutra y puede recorrer hasta 35 km dentro de una tubería en una sola operación.
Durante su recorrido, analiza el interior de la tubería mediante un escaneo de 360°, registrando cualquier indicio acústico de fuga o anomalía estructural. Su análisis, basado en inteligencia artificial, permite detectar fugas con una precisión inferior al metro, identificar bolsas de aire o gas, calcular caudales de fuga y detectar señales tempranas de corrosión o fisuras.
Una de sus grandes ventajas es que realiza las inspecciones sin necesidad de detener el servicio ni abrir zanjas, lo que reduce tiempos, costes y molestias. Además, su diseño versátil permite adaptarse a casi cualquier red sin modificaciones. En el caso de Dublín, no fue necesario realizar ningún ajuste.
La seguridad es prioritaria: Nautilus cuenta con certificaciones que acreditan su uso en sistemas de agua potable en EE. UU., Canadá y Reino Unido.
Los retos técnicos en el despliegue en Dublín
La antigüedad de la red de Dublín presentó varios retos técnicos. Nuestra experiencia en más de 4.000 km de redes inspeccionadas nos ha enseñado que, para un despliegue exitoso, es imprescindible:
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Disponer de puntos adecuados de entrada y salida para el dispositivo.
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Conocer bien las condiciones internas de cada tramo de la red.
Nautilus puede operar en cualquier red presurizada con un diámetro mínimo de 250 mm y velocidades de flujo superiores a 0,1 m/s, lo que lo hacía ideal para las especificaciones de la red de Dublín.
Preparación previa al inicio del proyecto
Todo proyecto comienza con el intercambio de documentación técnica y reuniones con los ingenieros del cliente. Es fundamental conocer el trazado de la red, el tipo de conexiones, el estado de las válvulas y cualquier otra particularidad.
Además, realizamos una inspección de campo para garantizar la viabilidad técnica, el cumplimiento de las medidas de seguridad y el buen desarrollo de la operación.
En el caso concreto de Dublín, detectamos que muchos de los puntos de acceso existentes (como válvulas de aire DN100) no eran suficientes. Por ello, instalamos nuevos puntos mediante hot-tapping, una técnica que permite realizar intervenciones sin cortar el suministro.
¿Qué papel juega la inteligencia artificial?
La inteligencia artificial es un componente clave del sistema. Permite mejorar la eficiencia, reducir costes y optimizar la toma de decisiones operativas y estratégicas.
Algunos de los beneficios que ofrece la IA integrada en Nautilus:
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Detección precisa de fugas mediante análisis automatizado
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Estimación del caudal perdido a partir de múltiples fuentes de datos
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Evaluación estructural de la red
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Identificación de trazados ocultos o no documentados
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Cálculo del ahorro en emisiones de CO₂ derivado de cada fuga reparada
Todo ello permite a las operadoras anticiparse a los fallos, planificar mejor el mantenimiento y reducir las interrupciones del servicio.
Un proyecto colaborativo con impacto real
Este proyecto ha sido posible gracias a la colaboración entre tres entidades con objetivos complementarios:
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Uisce Éireann: mejora la eficiencia de la red troncal y lidera el seguimiento técnico.
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Microsoft: financia y aporta tecnología en línea con su estrategia global de sostenibilidad.
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Suez: se encarga del soporte técnico local y las operaciones de campo.
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Aganova: proporciona la solución tecnológica y el análisis avanzado.
Este trabajo conjunto es un ejemplo de cómo la colaboración entre actores públicos y privados puede generar un impacto positivo y duradero en la gestión del agua.
